SANTO DOMINGO. Si la boletería es factor para los organizadores del Clásico Mundial de Béisbol entregar sedes y repartir los equipos entonces las posibilidades de que Santo Domingo u otra ciudad dominicana albergue una fase hoy parece una utopía.
Cuando los organizadores revisen la afluencia de público a los juegos donde vio acción la escuadra quisqueyana y lo comparen con el poder adquisitivo en la isla habrá una gran excusa para no traerlo. Y Puerto Rico que se cuide.
Y es que los encuentros en los que el conjunto criollo vio acción fueron los que más respaldo arrastraron en las tres sedes que albergaron las primeras dos rondas en la zona occidental.
A los seis partidos donde jugó la novena de Tony Peña asistieron 177,815 personas pagando boletas, una media de 29,635 por encuentro. Un promedio cercano a los 30,059 que asistieron a la serie regular de las Grandes Ligas en 2016.
A los choques de los quisqueyanos hubo un mayor arrastre que a los que intervino el local Estados Unidos, que fueron 174,429, o lo mismo que 29,071 de media.
Solo en los compromisos que disputó Japón, que fue sede de la primera y segunda ronda en Tokio, hubo un mayor flujo de público que en los de los dominicanos. Los nipones fueron vistos por 246,591, un promedio de 41,098 parroquianos en el Tokyo Dome.
A Miami fueron a ver a los duartianos 101,786 (33,928 por fecha) y en San Diego descendió a 76,029 (25,343).
Un dato que confirma el músculo económico que representa la República Dominicana en el engranaje del Clásico y que obliga a ser tomado en cuenta a la hora de ubicarlo para la edición 2021.
Diferente a otras competencias internacionales que los grupos se asignan por sorteo para el Clásico, el comité organizador tripartito (MLB, Federación Internacional de Béisbol y WBC Inc.) es quien establece las sedes y repartes los equipos.
La asistencia a los seis compromisos esta vez quedó cerca de superar el total que vio al conjunto coronarse en ocho encuentros en 2013 cuando fueron 185,813 entre San Juan, Miami y San Francisco.
Esta vez, el anuncio sold out o vendido completo fue colocado en los partidos entre dominicanos y estadounidenses tanto en Miami como en San Diego, lo que confirma que son el Boston-Yanquis o Licey-Águilas en materia de taquillas en el evento.
Ni siquiera cuando los Marlins abrieron su moderno parque de US$634 millones el 4 de abril de 2012 ante los Cardenales con Giancarlo Stanton, Hanley Ramírez y José Reyes en su alineación fue tanto público como los 37,446 del 10 de marzo pasado a ver a los dominicanos contra los de las barras y las estrellas.
Antes de este Clásico la cifra más alta que había visto a los dominicanos en primera ronda fue de 47,889 de 2013 en la capital puertorriqueña, en 2013, uno que se duplicó este año.
Desde 2006 la República Dominicana ha mostrado interés para acoger el evento. Pero la falta de un estadio con los estándares que exigen los organizadores, pero sobretodo de un promotor local que pagues los elevados derechos se han atravesado en el camino.
En 2013, Antonio Muñoz Bermúdez, presidente de MB Sports, reveló al diario Metro de Puerto Rico que la sede de San Juan le costó pagar US$4 millones a la MLB y que en la boletería recolectaron cerca de US$5 millones.
NPerez@diariolibre.com
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