Florida. Durante un día cualquiera en la temporada muerta, es normal encontrar a jugadores de Grandes Ligas entrenando en la academia de béisbol del dominicano Robinson Canó en San Pedro de Macorís.
Canó, el estelar segunda base de los Marineros, abre las puertas de su academia para sus amigos, y no son pocas las figuras de Grandes Ligas que entrenan en el gimnasio o en el terreno. Entre los visitantes regulares está el también dominicano y jardinero de los Marlins, Marcell Ozuna.
Los compañeros de entrenamiento de Ozuna eran muchas veces jugadores como los quisqueyanos Edwin Encarnación, Jean Segura, Eduardo Núñez, Carlos Santana y Welington Castillo, además de los cubanos Leonys Martín y Yasiel Puig, que a veces iba a batear.
“De lunes a viernes había como siete u ocho de nosotros”, dijo Ozuna, de 26 años.
Durante la mañana, estaban en el gimnasio, pero antes del mediodía ya se habían ido al terreno.
Estos últimos años, Ozuna ha hablado mucho de bateo con Canó. Los consejos y las rutinas de entrenamiento le han rendido dividendos a Ozuna, quien en el 2016 fue convocado por primera vez al Juego de Estrellas. Después de que el cubano Yoenis Céspedes y Dexter Fowler tuvieron que declinar debido a lesiones, Ozuna fue titular por la Liga Nacional para el encuentro disputado en San Diego.
“Fue uno de los mejores días de toda mi carrera”, dijo Ozuna. “Mi mamá y mi papá estaban allá. Mi esposa, mi hermana, mi familia”.
Ozuna se fue de 2-1 con un sencillo impulsor durante la derrota por 4-2 de la Nacional ante la Americana.
La participación en el Juego de Estrellas es un recordatorio del potencial impacto que puede causar Ozuna. En la primera mitad del 2016, bateó para .307 de promedio de bateo, .360 de porcentaje de embasarse y .533 de slugging con 17 jonrones y 47 empujadas.
“Juega con una sonrisa en la cara”, dijo el manager Don Mattingly. “Le encanta jugar pelota. Le gusta estar allá afuera. No es un pelotero que ande buscando días libres”.
Pero después del receso del Juego de Estrellas, se hizo claro que el juego de Ozuna todavía tiene espacio para mejorar. En la segunda mitad bateó .209/.267/.342 con seis jonrones y 29 empujadas. Al final, terminó el 2016 con una línea ofensiva de .266/.321/.452, más 23 cuadrangulares y 76 remolcadas.
“Yo creo que todo es una curva de aprendizaje”, dijo Mattingly. “Tuvo una gran primera mitad y después del Juego de Estrellas pareció atravesar algunos problemas. Creo que todo eso es parte de ese proceso de aprendizaje. Se trata de jugar la temporada completa, encontrar esa consistencia que estamos buscando, cómo prepararse para eso y cómo lidiar con todas esas situaciones”.
Lo primero que debe hacer Ozuna para poder dar ese próximo paso es mantenerse sano. Se reportó a los entrenamientos primaverales con problemas de rigidez en el hombro de tirar. No es nada serio, y está participando en todas las rutinas de ejercicio.
Ozuna también va a jugar en una posición distinta a la que tuvo durante la primavera pasada. Cambió de sitio con Christian Yelich, que ahora está en el jardín central, con el dominicano en el bosque izquierdo.
Mattingly añadió que, de forma ocasional, Ozuna también va a jugar en el jardín central y el derecho.
“Su defensa en el jardín izquierdo es digna del Guante de Oro”, dijo Mattingly. “Cuando lo trasladamos hasta allí, sus números se veían muy, muy bien. Para nosotros, tenerlo allí es contar con un arma”.
0 comentarios:
Publicar un comentario