LONDRES. El despido el jueves de Claudio Ranieri como entrenador del Leicester ha conmovido al mundo del fútbol, testigo del fin de una bella historia de superación apenas nueve meses después de que sucediera.
Pero los propietarios del club han preferido mantener los pies en la tierra, toda vez que la permanencia en la primera división inglesa peligraba, con la catástrofe que un descenso -valorado en la pérdida de 120 millones de euros- podía generar.
El portugués José Mourinho o Gary Lineker en Inglaterra, Luciano Spalletti o Roberto Mancini en Italia y varios periódicos deportivos de Europa han criticado la decisión de los propietarios tailandeses del Leicester al entender que Ranieri, considerado por la FIFA como mejor entrenador de la temporada pasada, merecía más respeto.
“Campeón de la Premier y nombrado mejor entrenador de 2016. Despedido. Eso es el fútbol moderno”, criticó Mourinho.
Pero la familia Srivaddhanaprabha perdió la paciencia debido a las dificultades del técnico para enderezar el rumbo negativo que había dejado a los ‘Foxes’ a un punto del descenso.
El título obtenido el pasado mes de mayo fue histórico, pero un descenso -alega la directiva- también lo sería: ningún equipo desde el Mánchester City en 1938 ha descendido tras ganar la liga.
Pero más que el peso de la historia, lo que ha motivado el despido del italiano han sido los números, porque la situación no es para nada la misma en la Premier que en segunda división.
Con unos derechos televisivos que ascienden a 2.000 millones de euros por temporada, la permanencia en la primera categoría inglesa nunca ha sido tan lucrativa. Cada año los clubes reciben, como mínimo, 120 millones de euros a tal efecto.
Mientras que en segunda los equipos ingresan únicamente 3,5 millones por temporada en concepto de derechos televisivos. Todo un mundo de diferencia.
“El descenso sería un desastre” apuntó en este sentido el exportero del Leicester, Peter Shilton, uno de los pocos que ha secundado la decisión de los dirigentes del club.
- Burton o Barnsley por United o Chelsea -
Ocurre además que los ‘Foxes’ son un equipo muy seguido en Asia, interés que decaería si el Leicester se enfrenta al Burton o al Barnsley en lugar de al Mánchester United o Chelsea.
Los clubes que descienden reciben cerca de 80 millones de euros en cuatro años en una suerte de “red de seguridad financiera”, pero muchos equipos han podido comprobar que si no regresan pronto a primera división, este presupuesto se dilapida rápidamente.
“Nuestra obligación es poner los intereses del club a largo plazo por encima de cualquier motivo personal, por fuerte y estrecho que éste sea”, explicó el jueves en un comunicado el vicepresidente de la entidad, Aiyawatt Srivaddhanaprabha.
“Nuestro objetivo para esta temporada era simplemente la permanencia. Pero dicho objetivo empezaba a peligrar y buscamos una reacción para los 13 partidos que quedan”, añadió el mandatario.
La directiva se ampara en su obligación, como responsables del club, de evitar cualquier “riesgo financiero o deportivo”. De ahí que hayan decidido elegir a otro entrenador, capaz de cambiar la dinámica y evitar el descenso.
Como posible sustituto suena el también italiano Roberto Mancini, exentrenador del Mánchester City entre otros y jugador, durante una corta temporada, del Leicester.
También se presentan como posibles opciones Nigel Pearson, que ya dirigió al club en dos etapas, el antiguo técnico del Crystal Palace, Alan Pardew, o el holandés Frank de Boer, libre tras su fracaso en el Inter de Milán.
Pero los propietarios del club han preferido mantener los pies en la tierra, toda vez que la permanencia en la primera división inglesa peligraba, con la catástrofe que un descenso -valorado en la pérdida de 120 millones de euros- podía generar.
El portugués José Mourinho o Gary Lineker en Inglaterra, Luciano Spalletti o Roberto Mancini en Italia y varios periódicos deportivos de Europa han criticado la decisión de los propietarios tailandeses del Leicester al entender que Ranieri, considerado por la FIFA como mejor entrenador de la temporada pasada, merecía más respeto.
“Campeón de la Premier y nombrado mejor entrenador de 2016. Despedido. Eso es el fútbol moderno”, criticó Mourinho.
Pero la familia Srivaddhanaprabha perdió la paciencia debido a las dificultades del técnico para enderezar el rumbo negativo que había dejado a los ‘Foxes’ a un punto del descenso.
El título obtenido el pasado mes de mayo fue histórico, pero un descenso -alega la directiva- también lo sería: ningún equipo desde el Mánchester City en 1938 ha descendido tras ganar la liga.
Pero más que el peso de la historia, lo que ha motivado el despido del italiano han sido los números, porque la situación no es para nada la misma en la Premier que en segunda división.
Con unos derechos televisivos que ascienden a 2.000 millones de euros por temporada, la permanencia en la primera categoría inglesa nunca ha sido tan lucrativa. Cada año los clubes reciben, como mínimo, 120 millones de euros a tal efecto.
Mientras que en segunda los equipos ingresan únicamente 3,5 millones por temporada en concepto de derechos televisivos. Todo un mundo de diferencia.
“El descenso sería un desastre” apuntó en este sentido el exportero del Leicester, Peter Shilton, uno de los pocos que ha secundado la decisión de los dirigentes del club.
- Burton o Barnsley por United o Chelsea -
Ocurre además que los ‘Foxes’ son un equipo muy seguido en Asia, interés que decaería si el Leicester se enfrenta al Burton o al Barnsley en lugar de al Mánchester United o Chelsea.
Los clubes que descienden reciben cerca de 80 millones de euros en cuatro años en una suerte de “red de seguridad financiera”, pero muchos equipos han podido comprobar que si no regresan pronto a primera división, este presupuesto se dilapida rápidamente.
“Nuestra obligación es poner los intereses del club a largo plazo por encima de cualquier motivo personal, por fuerte y estrecho que éste sea”, explicó el jueves en un comunicado el vicepresidente de la entidad, Aiyawatt Srivaddhanaprabha.
“Nuestro objetivo para esta temporada era simplemente la permanencia. Pero dicho objetivo empezaba a peligrar y buscamos una reacción para los 13 partidos que quedan”, añadió el mandatario.
La directiva se ampara en su obligación, como responsables del club, de evitar cualquier “riesgo financiero o deportivo”. De ahí que hayan decidido elegir a otro entrenador, capaz de cambiar la dinámica y evitar el descenso.
Como posible sustituto suena el también italiano Roberto Mancini, exentrenador del Mánchester City entre otros y jugador, durante una corta temporada, del Leicester.
También se presentan como posibles opciones Nigel Pearson, que ya dirigió al club en dos etapas, el antiguo técnico del Crystal Palace, Alan Pardew, o el holandés Frank de Boer, libre tras su fracaso en el Inter de Milán.
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